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En nuestros platos, hay de todo...
incluso pesticidas prohibidos...

La ONG Générations Futures ha detectado la presencia de moléculas peligrosas en nuestro organismo. En causa: alimentos importados de fuera de la UE.

Están prohibidos en Francia y, sin embargo, acaban en nuestros platos. Los residuos de pesticidas peligrosos están presentes en nuestro cuerpo, revela un estudio de la ONG Générations Futures, publicado este jueves 29 de noviembre. En cuestión, probablemente alimentos importados de países fuera de la Unión Europea.

Gracias a un nuevo y muy avanzado método de análisis, la ONG analizó el cabello de sus empleados y de unos cuarenta niños. El cóctel de moléculas encontrado es sorprendente: flurenol, mipafox, antraquinona o ferimzona...

Tantos productos con nombres dulces prohibidos en Francia y la Unión Europea. Utilizados a menudo desde la década de 1950, estos compuestos químicos siguen propagándose en el medio ambiente, antes de llegar a los seres humanos y a los animales.

Por término medio, el 89% de las muestras de uva presentaban marcas de plaguicidas, el 88,4% de las clementinas o mandarinas y el 87,7% de las cerezas. (AFP)

"Es evidente que esto plantea una cuestión importante, afirma la asociación. La de la presencia en nuestros alimentos de residuos de plaguicidas de uso prohibido, a menudo por razones de peligrosidad, etc., pero que sin embargo se toleran en nuestros platos y probablemente a menudo provienen de alimentos de origen extracomunitario."

Ya, en octubre de 2015, "L'Obs" había hecho analizar 63 mechones de pelo de un panel de niños menores de 12 años. Con conclusiones aterradoras sobre los disruptores endocrinos y las sustancias químicas que alteran las hormonas que podrían encontrarse en él.

Deficiencias de control

Considerados como disruptores endocrinos, es decir, sustancias que pueden alterar nuestro sistema hormonal, se sospecha que son causantes de graves enfermedades: infertilidad, pubertad precoz, malformaciones genitales en los varones, cánceres hormonodependientes (mama y próstata), obesidad, diabetes, patologías neurodegenerativas o trastornos del comportamiento.

Para Générations futures, esta alarmante observación debería empujar al control del fraude (DGCCRF) a proporcionar datos más precisos cuando se trata de pesticidas en nuestros alimentos. Por el momento, la DGCCRF sólo ofrece información global sobre estas sustancias, sin especificar los países de origen de las frutas y verduras, por ejemplo. Está claro que esto ya no es suficiente.